Las tarjetas de crédito pueden ser excelentes, brindan un montón de ventajas, un excelente préstamo a corto plazo y pueden ayudarte a comprar con una tarjeta los mejores beneficios.
También pueden ser el peor enemigo de tu crédito. Los pagos atrasados, los gastos excesivos y el endeudamiento pueden dañar tu crédito.
Qué comprar con una tarjeta de crédito
La verdad sobre las tarjetas de crédito se encuentra en algún lugar entre estos dos extremos. Mientras los administres bien, vale la pena tenerlos.
Si al comprar con una tarjeta no pagas completamente tu factura a fin de mes, deberás una enorme cantidad de intereses sobre el resto, generalmente alrededor del 14 por ciento.
Esto es lo que se conoce como la tasa de porcentaje anual, no te lo enseñan al comprar con una tarjeta.
Las compañías de tarjetas de crédito también agregan una tarifa enorme cada vez que no realizas un pago, generalmente alrededor de $35.
También es fácil abusar de las tarjetas de crédito y endeudarte, como han hecho muchos usuarios de tarjetas de crédito.
Esto no pretende asustar para que dejes de usar tarjetas de crédito.
De hecho, en lugar de jugar a la defensiva evitando las tarjetas de crédito por completo, quiero que juegues a la ofensiva usando las mejores tarjetas de crédito de manera responsable y obteniendo de ellas tantos beneficios como sea posible.
Cuando viajaba con mi prometida para ver a su familia en Dubai, la sorprendí con una estadía de tres noches en un resort en el desierto que solo podría describirse como 7 estrellas.
Teníamos una villa privada en estilo beduino tradicional con vista al desierto de Dubai con una piscina privada, y se proporcionaron todas las comidas en el complejo.
Toda la experiencia fácilmente habría costado más de $20,000 por noche, pero hice todo gratis con puntos.
La mayoría de la gente está jugando mal el juego
Ha hablado literalmente con miles de personas que están endeudadas.
Algunos de ellos han tenido situaciones difíciles: enfermedades inesperadas, padres ancianos que necesitan apoyo, gastos inesperados.
Pero, sinceramente, algunos de ellos simplemente están jugando mal el juego. Nunca han pasado un fin de semana leyendo sobre finanzas personales.
¡Ni siquiera saben cuánto deben! En lugar de hacer el trabajo para ganar agresivamente en el juego de la deuda, se quejan.
Es como ver a un niño de cuatro años tratando de jugar Monopoly, luego darse cuenta de que no puede entender las reglas (que nunca ha leído), enojarse y voltear el tablero.
Cuando se trata de préstamos estudiantiles y tarjetas de crédito, mi objetivo es que dejes de jugar a la defensiva.
