Un vehículo “híbrido” utiliza uno o más motores eléctricos en conjunto con un motor de gasolina para suministrar energía a las ruedas de un automóvil.

El objetivo, en la mayoría de los casos, es aumentar la economía de combustible, pero ciertos vehículos usan las fuentes de energía adicionales para mejorar la aceleración.

Y hay casos en los que la versión híbrida de un vehículo ofrece el mejor rendimiento en ambos frentes.

Un híbrido para cualquier ocasión

Está claro que los híbridos se destacan por proporcionar una excelente economía de combustible. Los fabricantes también están utilizando la fórmula para crear el máximo rendimiento.

Una reciente ola de superdeportivos exóticos con motor híbrido, como el Porsche 918, el McLaren P1 y el Ferrari LaFerrari, demuestran que cuando se combinan motores de gasolina y motores eléctricos, los récords de rendimiento caen.

La inmediatez del motor eléctrico combinado con la potencia del motor de gasolina puede resultar en una aceleración cegadora y velocidades máximas increíbles.

Los vehículos híbridos suelen contener dos fuentes de batería diferentes:

Una batería tradicional, similar a las que se encuentran en la mayoría de los vehículos, proporciona potencia de arranque y potencia a los accesorios.

Una batería adicional, con mayor capacidad, alimenta los motores eléctricos, dependiendo de cuántos haya.

El motor de gasolina a bordo tiene dos propósitos principales:

Primero, impulsa el automóvil cuando es necesario, como a velocidades más altas o cuando la batería se ha agotado demasiado para mover el automóvil.

En segundo lugar, el motor mantiene y carga la batería de alto voltaje que alimenta los motores eléctricos.

Todos los vehículos híbridos pueden funcionar con el motor de gasolina, ya sea que se trate de la fuente de energía primaria o que simplemente esté proporcionando energía al motor eléctrico.

Muchos pueden operar únicamente con el motor eléctrico, aunque con un rango limitado.

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Pros y contras híbridos

La mayoría de los automóviles, camiones y SUV híbridos suelen ofrecer otros beneficios.

La mayor economía de combustible y las menores emisiones reducen la necesidad de combustibles fósiles y promueven un medio ambiente más limpio.

El sistema de frenado regenerativo carga las baterías del vehículo cuando se desacelera. En muchos casos, estos sistemas reducen el desgaste de los frenos.

Aunque las versiones híbridas de automóviles a menudo cuestan más que sus homólogos convencionales, a la larga, los compradores a menudo pueden recuperar esos gastos iniciales gracias a gastar menos en gasolina y debido a sus valores de reventa históricamente más altos.

Además, los consumidores pueden ahorrar dinero en muchos híbridos a través de incentivos o reembolsos fiscales federales y estatales.